Hoy en día la mujer ha tenido que adoptar un rol muy complejo para la sociedad, pues arrastra pesados lastres del pasado con los nuevos que ha ido adquiriendo.
Por desgracia, a pesar del sobreesfuerzo, muchas veces se encuentra perdida ante el tipo de comportamiento que debe adoptar para resultar atractiva a ojos de los demás. Si bien es cierto que cada uno debe aceptarse tal y como es, te dejamos una lista de los rasgos que no les suelen resultar muy atractivos a los hombres.
1. Delicada
Antiguamente a la mujer se le asociaba el rasgo de la delicadeza, de parecer ser una princesa de cristal que busca a un hombre que la proteja ante los dragones y las brujas. Los cuentos de Disney se acabaron hace mucho y, por ello, lo mejor que puedes hacer es adaptarte a los nuevos tiempos y tratar de transformarte en una guerrera que no le tema a embarrarse ante las adversidades. Gracias a ello, posiblemente, acabarás de un plumazo con algunos de los puntos de esta lista.
2. Demasiado dependiente
Siempre que buscamos a una pareja lo hacemos para poder complementar nuestras necesidades y para que la otra persona nos ayude a convertirnos en mejores. Pero de ahí a necesitarla para absolutamente TODO hay un trecho. Si realmente quieres resultar atrayente has de combinar el hacer sentir a la otra persona útil y necesaria con tu capacidad para resolver tus propios problemas. Eso te ayudará también a no depender de los demás y te ayudará a subir tu propio ego.
3. Falta de confianza
En otro extremo nos encontramos con las mujeres que necesitan que le estén recordando en todo momento lo maravillosamente guapas y agradables que son. Por ello son bastante propensas a colocar las famosas trampas de “¿este vestido me hace gorda?” o “¿tú me ves guapa?”. Puede que a veces necesitemos un empuje de autoestima, pero abusar de este recurso forzará a la otra persona a mentir solo para hacerte sentir bien. La clave del control de agresividad también podrá garantizarte el éxito.
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4. Agresiva
La agresividad es una forma de liberar energía de forma explosiva. Pero aunque en algunos momentos puede ser ejemplo de coraje y orgullo para defender lo propio, si se convierte en algo cotidiano termina por ser insoportable para cualquiera. El problema es que si convives con una persona todos los días y observas que a cada momento está gritando, enfadándose o hasta llegando a amenazar con cualquier acción, nadie en su sano juicio te querría a su lado.
5. Indecisa
No hablamos de que algún día no sepas si quieres un vestido rojo o unos pantalones azules, pues nos referimos a las personas que, como no saben nunca lo que quieren, terminan por sentirse como una veleta en un huracán. Ten por seguro que, sean cuales sean tus motivos, tu decisión siempre es importante. La clave no es tomar una opción de manera inmediata, es elegir algo sabiamente y, luego, aceptar las consecuencias de tu propia elección. Sabemos que el siguiente punto es un auténtico tópico.
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